Si debiera escoger
un animal tótem como algunas tribus indígenas hacen, tendría
serios problemas en la elección. Pudiera parecer sencillo, pero hay
que ser escrupulosa en el trabajo. Debería quizás valorar sus
cualidades más sorprendentes o con las que sintiera más afinidad,
enamorarme de sus consideradas virtudes o acaso de sus defectos -si
ambos conceptos existen-, identificarme con su comportamiento, hacer
mía su voz, más aún de lo que el veganismo hace nuestra la voz de
todos los animales... La tarea representa sin duda un dilema.
Mmmmm... difícil decidirme por uno... ¿Cuál escoger?. ¿Quizás el
gato? ¿el león, el escorpión, el tigre, el caballo...?. Uf no, son
demasiado típicos, y promueven hipotéticas características
antropomorfizadas que no me interesan. Mmmm, ¿tal vez algún animal
mitológico? No sé, no sé... Los unicornios, las sirenas, los
leviatanes, forman parte de la oscuridad ignorante de quienes no
saben apreciar una brizna de hierba. No, ahí no busco.
¿Acaso me
decidiría por la impresionante medusa?, danzarina de agua y luz, con
600 millones de años de evolución, que cultiva en sus tentáculos
las algas que representan su alimento y llega a medir hasta 36 metros
de longitud, esa belleza primitiva bastaría para escogerla como
animal tótem. O ¿acaso me inclinaría por la hembra del pulpo, de
tres corazones, porque fallece de inanición mientras protege
obsesivamente su freza hasta que sus miles de hijos nacen y ella
acaba muriendo de amor?. Una está tentada por la fuerza colosal de
la hormiga, que levanta diez veces su peso, o la acróbata pulga
quizás, que salta hasta 200 veces su propia altura... pero no me
conmueve la musculatura exterior, entonces ¿a quién diablos
escoger?, ¿ quién me representaría en mi imaginario?. ¿Quién me
conectaría con la tierra?.
El solemne proteo,
reptil cavernario balcánico que parece tener alas en la cabeza y que
puede vivir sin comer durante 10 años en su soledad ciega. El
chimpancé resuelve problemas de lógica física 100 veces más
rápido que una niña de 12 años e incluso que muchas adultas, y la
plácida vaca, con sus siete estómagos tiene el sistema digestivo
más eficaz de los mamíferos, o al vencejo, que duerme mientras
vuela y es capaz de no posarse durante nueve meses. Todos ellos
impresionan, no cabe duda.
Uf,
complicado, cuanto más sé de las personas no humanas más difícil
me resulta tener que escoger a uno. El caracol llama a las puertas de
mi duda, hermafrodita que se fecunda asimismo pero prefiere pese a
eso la compañía de otro caracol para un amor sublime de profundo
moco. Tierno. O ¿tal vez a la orca, bautizada por nuestra necedad
como gran asesina, que se suicida de amor cuando su pareja muere,
incapaz de soportar esa soledad?, ¿o acaso el albatros, nómada que
da la vuelta al mundo a 190 kms por hora?. O la vida misteriosa del
tiburón somnoliento que vive a 1500 metros de profundidad en aguas
del Pacífico. Me fascina la densidad de la piel de la nutria marina,
con un millón de pelos por pulgada cuadrada, por ello ya merecería
considerarla un tótem digno; o el impala, cuya hembra puede detener
el parto y empujar de nuevo al bebe hacia dentro si advierte posibles
depredadoras...
El pingüino
emperador mantiene entre sus patas el huevo que puso su pareja,
mientras la espera 4 meses, sin moverse, a temperaturas de -60 grados
y vientos de 150 km/h. ¡Oh, sí!, sin duda él podría ser mi animal
tótem. !qué digno!. Si no fuera por el parto del hipocampo macho...
, o por el koala, que acostumbra a dormir 22 horas al día, y eso es
algo realmente envidiable..., aunque no es de desmerecer el que la
hormiga, simplemente, nunca duerma, o que la jirafa lo haga de pie
solamente durante siete minutos al día, a cuestas con su enorme
corazón que bombea sangre sus cinco metros de altura y siendo el
único mamífero sin cuerdas vocales... Debe pensar lo que el viejo
adagio: "mejor callarse y parecer tonta, que hablar y
demostrarlo". Sí, la jirafa con orgullo podría
representarme... Pero, cómo obviar al dromedario, que soporta
cambios de temperatura de 90 grados. Aunque si hablamos de corazón
sin duda fascina el del colibrí y el canario, que laten 1000 veces
por minuto, todo un canto a la vida y al movimiento ... si no fuera
por los 10 corazones que la lombriz posee en su piel... Dudas, una
tras otra porque ¿a quién se le escapa el potencial totémico del
coral, el único animal que puede ser visto desde el espacio?. Uf, es
sin duda muy muy complicado definir adecuadamente cuál sería el
elegido, quién sería el alter ego, mi yo ultraespecífico, mi
hermana del bosque, del desierto, del manglar, de la cima, de la
sima... alguien a quien mentar en conversaciones profundas, alguien a
quien tatuarse en la piel, alguien a quien adorar incluso, teniendo
en cuenta todas sus singularidades. La capacidad olfativa de la
mosquita, por ejemplo, es tal que puede sentir la sangre a cincuenta
kilómetros de distancia, alguien así podría ser icono de sentidos,
un ser superior destinado a ser adorado.
Si me gustara
cantar sin duda elegiría a la ballena, cuyas melodías duran meses
enteros, y cuya cópula se prolonga hasta dos días, en posición
vertical. Y si me gustara zampar, no vacilaría en tener a la oruga
de mariposa como emblema, que devora hasta 86.000 veces su propio
peso en el tiempo previo a su crisálida. O acaso las bacterias que
soportan temperaturas que oscilan entre los -20 grados y los 120
grados o las que existen en el mismo azufre..., o la liebre de mar,
cuyas frezas alcanzan el millón de huevos. Pero me gusta el frío,
entonces debiera sin vacilar escoger a ese tipo de salamandras o
ranas que pueden permanecer congeladas durante cuatro años y revivir
después, o los organismos aletargados durante siglos, que vuelven a
la vida cuando las condiciones son propicias.
Treinta
millones de especies aproximadas, cada una más fascinante que la
otra, incógnitas, magnéticas, secretas, tímidas, obsesión de
personas atrapadas por la fascinación de la etología. Grupos de
personas no humanas irrepetibles y únicas, como nosotras,
exactamente igual que nosotras, idénticas en la mayor parte de sus
características, deseos de la vida, permanencia, afecto, con
comportamientos variados, espontáneos, altruistas, desesperados,
iracundos, astutos, tercos, ingenuos, curiosos, mezquinos, hermosos,
exquisitamente dotados todos y cada uno de la suprema orfebrería en
la forma y la riquísima calidoscópia en los colores. Los animales
como los vegetales somos pruebas irrefutables de que la Naturaleza
está emocionantemente loca de desatar, pariendo con una fecundidad y
creatividad sobrecogedora, la cual estamos muy lejos de emular. Desde
hace millones de años.
Pero volviendo al
dilema, mi animal tótem, ¿cuál sería mi animal tótem?.... Ante
la tesitura, ¿sabéis qué?: los escojo a todos.
Simplemente precioso...
ResponderEliminarNos tienen tanto que enseńąr....
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