Últimamente
rueda este video en las redes sociales, una
persona cazadora de un club cinegético de una
población catalana, apuñalando
a una jabalina embarazada, mientras los perros -que esa misma
persona torturó durante años
para conseguir que fueran buenos inmovilizando "presas"-,
la sujetan a dentelladas. Otra
vulgar ejecución, la historia de la gente cobarde
que en grupo violan a una hembra, la historia de la gentuza mezquina
que inmovilizan a una persona mientras otra la apuñala repetidas
veces, sucede a menudo en los barrios marginales, y
entre las mafias
de la droga que tantos beneficios ofrecen
a las economías nacionales. Esta ejecución probablemente
reporta mala fama, y habrá llevado
las manos a la cabeza a miles de apasionadas de la caza, como sin
duda haría si viviera al bueno de Delibes (persona
asesina con dotes para la literatura, como
muchas otras artistas... pero asesina).
Las aficionadas a fusilar judias o a ejecutar toros en plaza y
otras gentes de ley, critican dicho
chapucero comportamiento por no ajustarse a los principios de
honor, ética, paridad de duelo, astucia y
otras tonterías que se supone lleva consigo la noble tradición de
cazar.
Llegado
a este punto, ya cabe decirlo: las
cazadoras son sacos de mierda, escoria que las leyes no permiten
erradicar del tejido social, obligándonos a
verlas deambular entre la gente normal, libres, e
incluso escuchar a veces en espacios públicos. Unas
mierdas ecoterroristas que asesinan
de mil modos, disfrutan sacando
intestinos ajenos, decapitando
y castrando los cadáveres, porque descargan
ahí sus frustraciones, su naturaleza
tóxica y quien sabe qué basura más.
La gente cazadora,
perteneciente a una banda armada
ecoterrorista, cromañonas del siglo XXI, incapaces de pasar el
domingo paseando el prado o un parque urbano, como toda hija de
vecina, no vacilan en usar a quienes las
denigran con el
arma preferida del fascismo: las leyes. Esto es legal, por lo tanto
es bueno. Con ese tarareo vienen esclavizando el sentido común y la
libertad, los ya 80
años que llevamos de franquismo en el
estado español.
https://www.facebook.com/sibylle.mesaros/videos/1001662956631946/
Pero
lo que mucha gente normal no sabe es que la
caza es peor, mucho peor de
lo que vemos. Lo
que no se ve en la caza es similar a lo que esconden los mataderos y
las granjas de cría y engorde, porque el
trato a los animales no humanos, las
torturas que les infringen,
las exclavitudes
a las que las someten,
los asesinatos
impunes, no
tienen más que una regulación ambigua, y
en última instancia su rigor a la hora de
aplicarse queda
en manos de la
mera perspectiva de quienes poseen a dichos
animales. Cuando los ojos ni las cámaras
apuntan, la mierda actúa a pleno rendimiento, y
golpea muy duro. Lo que gentuza enferma y psicópata hacen con los
animales no humanos con o sin el beneplácito de la jurisprudencia
supera con creces
todos los infiernos que el ser humano imaginó en sus ficciones
artísticas o religiosas.
La generosidad de la naturaleza es tan desproporcionada e ilimitada
como, en una linea de acción inversamente proporcional, lo es la
crueldad de la escoria del humanismo, la
gente cazadora.
Zorros
vivos con los globos oculares enucleados, ciervos con patas rotas
deambulando durante días, desangrándose lentamente por una bala en
mal sitio pero no mortal. Cachorros de madres ejecutadas, que mueren
lentísimamente de hambre en sus madrigueras, esperando la imposible
vuelta de mamá. Cepos y lazos que dejan morir durante días a los
animales atrapados. Animales eviscerados y despellejados vivos porque
la piel se desprende mejor. Galgos ahorcados con una longitud de
cuerda que les asfixia durante días hasta la muerte. Galgos
abandonados en el monte con palos atados en la boca, para evitar que
se alimenten. Perros vivos arrojados a pozos. Camadas enteras de
perros reventadas en bolsas contra un muro.
Jabalíes con colapsos cardíacos,
espasmódicos agonizando
entre los arbustos.
Animales que deambulan el bosque desangrándose
con partes de su cuerpo arrancados a perdigonazos. Juegos crueles y
sádicos de cazadoras con animales moribundos. Castraciones y
mutilaciones de trofeos aún vivos para
hacerse fotos ridículas con
ellos. Ejecuciones de animales para nada, sin recuperar la presa, por
el placer de matar. Animales atropellados y
dejados paralíticos en una muerte lenta por los automóviles de las
cuadrillas. Asesinatos de las madres a ojos
de las crías, previo al disparo en la cabeza de ella o a su
secuestro y encierro de por vida. Aborto y ejecución de los fetos de
madres asesinadas en batidas. Bebés golpeados con barras de hierro y
desollados aún vivos. Trata de camadas para venta y comercio local y
extranjero. Redes con pájaros con miembros dislocados o
desnucados. Animales cegados por tiros o flechas erradas. Niñas
humanas corrompidas por cazadoras que las obligan con chantajes a
codificar los asesinatos y a cometerlos. Animales cuarteados vivos, y
ridiculizados en escenografías post mortem... Muchas son las
vulneraciones, muchas las infamias, y muchas más las que no
conocemos ni conoceremos, porque los animales no humanos son cosas
para la gentuza que se dedica a la caza.
La
caza es mucho mucho peor que lo que conocemos por cazar, no hay nada
telúrico o elevado, es una sangrienta orgía de estupidez y muerte
que debe abolirse cuanto antes, porque degrada a la sociedad al nivel
de esas mugrientas protohumanas,
con una licencia para ejecutar expedida por leyes protohumanas, y
porque la vida de los animales, de cualquier animal en la
mira telescópica,
es mucho más valiosa que la de sus asesinas.
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