"Malditas mujeres, malditas esas, siempre jodiendo
todo... Malditas. Malditas mujeres cuestionando la tecnocracia. Malditas
mujeres recolectoras, pretendiendo desbancar la gloria de la caza macho.
Malditas ateas, desafiantes a dios padre testicular. Malditas, todas. Malditas
paridoras, malditas menstruadoras, malditas babosas, malditos sus flujos y sus
curvas transgresoras de la geometría regular. Malditas sus sucias reglas y malditas
mil veces cuando mencionan a Pachamama, maldita la mujer de pequeño huerto, de
pequeña economía, maldita la mujer de mundo comprensible. Malditas mujeres,
queriendo decidir sobre sus cuerpos, malditos sus cuerpos cuando no cumplen con
los requisitos exigidos, malditas feas, malditas gordas, guarras, tortilleras.
Malditas putas. Maldita la mujer guerrera, maldita la que opina y resiste,
maldita contempladora del tiempo, cuidadoras de aves, amamantadoras de paz y de
disidencia, malditas ellas y sus ideas propias. Malditas por querer globalizar
el derecho al aborto, malditas asesinas. Malditas insumisas al
heteropatriarcado, maldita su desobediencia al capitalismo, maldito su
antimilitarismo, maldita su mania de cuidar y acariciar y dialogar, maldita su nauseabundo
obsesión por el respeto, maldito su infantilismo, su terquedad de querer amar
contra el odio y el desprecio.
Malditas
las indigenas, las migrantes, las campesinas, malditas las veganas, las que no
se callan, las que no acatan, las que dicen que no, maldito su no. Maldita su
arrogancia, jodidas mujeres. Malditas, todas...
Hoy
millones de mujeres y hombres no machistas han salido a protestar en el mundo
entero. No es casual que el movimiento de defensa animal es y haya sido
femenino, quién mejor que las mujeres para desenmascarar la brutalidad, qué
mejor que la conciencia de la discriminación en la propia carne para deshebrar
el metálico tejido de las desigualdades. La mujer que sobrevive al patriarcado
no es dominada, pero tampoco dominante. Alfa y omega son importantes, no
significan mejor o peor, no son aplicables a los roles sociales. Vulnerables
todas, inexpugnables todas. Sin homofobias, sin heterofobias.
No es
casual que el movimiento animalista sea eminentemente femenino, aunque haya
hombres, claro, masculinos, claro, que lloran en contra el mito machista y
dejan hablar, pero que no anulan el carácter defensor del antiespecismo. La
conciencia de la discriminación obliga a tratar de que la vida contenga tanta
poesía como la poesía, vida. Contra el Vietnam de mujeres sin cabeza con el
cuero desollado, contra el patriarcado armado y los frágiles cuerpos ardiendo
de Nagasaki, contra la eficacia masculina nazi de las granjas y los mataderos, contra
los papeles mojados de la igualdad cosmética, contra las bombas de racimo, las
minas buscando manos de chiquilla, las genocidas religiones todas, la obsesión
fálica de los obeliscos, los rascacielos, las torres, los cañones. Contra el machismo de las vacas lecheras abasteciendo
el mercado de la carne, violadas, exprimidas, y llevadas al matadero tras años
de vejaciones y sufrimiento. Contra la mecanización: la maldita mujer.
Maldita
mujer, soledad, angustias, dolores,
martirio.... pero mujer clara, blanca, luz, consuelo, milagros, concepción,
libertad,... los nombres. Malditas las que
se crispan y se apaciguan y que saben que cambiar el mundo será con todas.
Contra algunas, es inevitable, pero con todas.
Es
sumamente importante que el patriarcado exponga bien sus cojones, mostrándose sin
tapujos, porque entonces se hace más fácil darle unas buenas y certeras patadas.
No hay que salir un día a gritar y callar cuando las aguas amainen, el Día de
la mujer es del 9 al 7 de marzo. Cada año de lucha es un año menos de dictadura.
El futuro será igualitarista o no será.
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