La
prueba de amor incondicional más profunda que conozco en todo el
reino animal es la de la madre de Rajoy, sólo un amor de ese calibre
puede justificar que no lo hubiera tirado al reciclador de orgánico
cuando lo parió y vio lo refeo que era. Amor de madre es amor a
prueba de balas. Y tampoco es que Rajoy, por macho, tenga la culpa de
ser refeo, no, los penes no tienen la culpa, son simpáticos,
divertidos, con miles de formas e inclinaciones... el problema en
demasiadas ocasiones es el idiota del que cuelgan. Pero la polla no,
la polla es inocente. Introduzco esto porque sin duda este gobierno,
como todos, adolece de un problema bastante general, un fascismo más
en las asignaturas éticas pendientes. Su nombre es
heteropatriarcado.
Locas
avarientas parieron esta sociedad, y otras locas igual de codiciosas
y extraviadas la alimentan dándole a mascar sus propios cuerpos
psicóticos. El machismo, como enfermedad psicótica degenerativa
abarca a casi todas las ramas sociales, y un modo de manifestarse es
en el especismo. Machos alfa controlando a hembras reproductoras, la
síntesis es abrumadoramente lúcida: mundos de control por la fuerza
bruta, eso es el patriarcado social... y el especista.
Al
margen de conceptos de masculinidad -tan neutra de cara a los
conflictos como la feminidad-, existen exaltaciones de tal, derivadas
de un desequilibrio pirotécnico de testosterona, las cuales permiten
por ejemplo que en África se asesinen miles de primates porque su
carne "da vigor" a quien la come, o que se den casos de
violaciones sexuales a bebes humanas de meses de edad ante el mito de
practicar sexo con vírgenes cura el sida. Podemos mencionar también
la ingesta japonesa de sushi (peces crudos, vivos a veces), sobre el
cuerpo de una atractiva
mujer desnuda, la medicina oriental a base de cuernos amputados de
rinoceronte, órganos de osos y tigres, partes del león y cientos de
otros animales asesinados y mutilados para producción de elixires
milagrosos vociferados por charlatanas que tienen como objetivo para
sus clientes follar como supermanes, aludiendo con ello al vigor
sexual masculino una especie de superioridad, sometiendo el sexo
femenino a la liturgia de la erección. La gente que practica y
consume dichos productos
conocen la palabra respeto hallándola casualmente en el diccionario
cuando buscan en la letra "r" su nombre: retrasadas. El
mismo comportamiento del vigor se aplica a las sociedades que
utilizan la ingesta de cadáveres como una "necesaria fuente de
proteínas" que "ofrece vigor". El vigor de las
vigorosas asesinas.
Y
es que al igual que los perros, algunas humanas huelen a otras el
culo ante la imposibilidad de llegar a olerse el suyo propio,
prefiriendo deleitarse con la mierda ajena que atreverse a reconocer
en sus propios excrementos. Aun así la mierda tiene suerte, posee
más privilegios que los perros en Asia, que no es poco.
Cuando
vemos a alguna mujer con abrigo de pieles sabemos automáticamente
que sufre un golpe calenturiento de heteropatriarcado debido a las
altas temperaturas de la testosterona que reblandecen su cerebro,
cuando es un hombre quien lo lleva podemos desprender su dolencia de
algún tipo de enanismo intelectual. El uso de pieles ajenas no es
solamente machismo, es ademas machismo primitivo, doblemente
patético. Pieles arrancadas a no humanas es heteropatriarcado.
Con
los años, una valora la apacible existencia de los paramecios y el
andar pensando en las musarañas (y con ellas) ademas de otras
disciplinas zen. Derecha y Derecho no son símiles más que
foneticamente, porque cuanto más se impone la derecha más se
restringen los derechos. Dicen sabiamente las feministas que no hay
nada mas parecido al machismo de derechas que el de izquierdas, de
igual modo el fascismo especista de derechas es hermana gemela del de
izquierdas. Que no escueza, la critica constructiva es sana, y en
este mundo veo a demasiadas personas sentidas a si mismas
igualitarias y justas, asesinando para comer o divertirse. Eso no es
izquierda, es derecha rancia que sigue ignorando un milenio mas a las
victimas sólamente por no gritar ”abajo la monarquía”,
pertenecer a las Black Panthers o por no ondear banderas del Frente
Polisario. Un poquito de por favor...
Hay
que respetar las decisiones legítimas de los pueblos soberanos, sin
olvidar su en general soberana estupidez, tomamos decisiones
teóricamente justas amparadas bajo el calorcillo de quienes nos
apoyan y confortan, sugeridos por ideologías que respeten los
derechos humanos, pero apoyando al tiempo con nuestro dinero y
nuestro silencio economías fascistas y heteropatriarcales, creadas,
estructuradas y con dividendos pornográficos que benefician a
fascistas, de "izquierda" o de derecha. Machos alfa
depredadores que a veces -demasiadas- son mujeres con altos indices
de testosterona y calentura estival. No hay victimas o verdugas
naturales, no hay sexos, no hay especies, todas somos personas, y
cada una decide en que lado del fusil quiere vivir.
Genocidas
y psicópatas eligen el ejercito para autorealizarse, son cosas que
pasan entre machos de derecha heteropatriarcal, y aunque todas puedan
regenerarse y encontrar el armonioso camino de la sabiduría
espiritual ( colgándose abalorios del yinyan, oyendo voces
interiores aromadas de incienso, etc... ), no suelen hacerlo sin
ayuda. Y la objetividad es la mas concluyente de las ayudas, la
objetividad lúcida que denuncia el hedor del café regado con sangre
esclava, diluido en flujos robados al aborto de las terneras,
insufribles cruasánes de aire y monocultivos transgénicos,
correosas tortillas de menstruación con patata, la roja esclavitud
de los tomates marroquíes,... La objetividad lúcida que acusa con
su imparcial exposición de hechos que
a los toros les sientan mal la
corridas, -tanto que se mueren-, que millones de peces explotan de
descompresión arrastrados por redes que desertizan fondos de océano,
que los diamantes, el oro o el coltán, compran las armas que
fabricamos para fusilar África durante cien años mas, desgarrando
cada mes las vaginas de miles de desgraciadas pobres usurpadas de
todo vestigio de humanidad.
La
ayuda es que castremos a los machos alfa, a quienes usan la
testosterona para dominar y someter, la ayuda es proponer un mundo
más femenino, de desaforadas, pilinguis, chaperos y otros dulces de
monasterio mientras va llegando un mundo sin géneros ni clases ni
especies. Buena gente que desafíe la ranciedumbre naftalinada de la
moral demagoga para repatriar de donde quiera que se encuentre a la
ética, la gran ausente, a la hermosa justicia y la igualdad,
exiliadas porque parece que mencionarlas nos avergüenza porque la
ingenuidad no está de moda.
Seamos
ingenuas, seamos transgresoras.
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