LAS MUJERES
SON ANIMALES
Darse con un canto en los dientes es mucho
mejor que darse con un Cantó. Este chiste tonto y facilón sin embargo delata la
inquietud de mi estómago, el cual insiste en devolver al exterior todo el
material en digestión que en él se halla, cada vez que veo la patética comparecencia
del diputado Cantó al respecto del debate de la tauromaquia en la península
misérrima ( lo que algunas llaman España ). Las tripas se me centrifugan cuando
este mal actor y peor político proclama sin ninguna vergüenza que ¨los animales
no tienen derecho a la vida ni a la libertad´´. Toma ya. Ni Torquemada, oiga. Dicho
esto, imagino cómo el ponente se quedó, debe ser como no defecar durante tres
días y conseguir hacerlo finalmente. El señor Cantó se quedó a gusto soltando
tamaño lastre...
Me
preocupa sin embargo que en este país de aserejés no haya mecanismos que
prohíban la estupidez supina en los escaños, especialmente cuando todas sabemos
que si alguien no debería tener derecho a la vida y a la libertad, esa es
precisamente la clase política española, directamente responsable de miles de
personas muertas si hablamos del recuento anual, y de cientos de millones si
hablamos del histórico. Clase política que abre, a base de palanca presupuestaria
y antidisturbia, la nalgatoria de la gente para que las multinacionales, los
bancos y el sistema de exclusión derivado de ellas, entre a saco y sin vaselina
por el recto popular. Ay, y sin besitos. Y nosotras a votar y pagarles las
dietas y las rayas, que es nuestra misión.
Cada
vez que pienso en actrices políticas pienso en nazis, ya ven ustedes, es un tic
inmediato. Creo que es la prueba mas evidente del avanzado estado de putrefacción
que sufre la democracia; cuando el circo se lleva al congreso, cuando la falsía,
la interpretación, el guión aprendido al dedillo y sobretodo los ajustes dictados
por la productora convierten los hemiciclos en enormes platós donde todas las
extras son figurantes. Un escenario donde imagino a un esvástico schwarzenegger,
ebrio de anabolizantes y ardor patrio, con una AK47 y una M16 en sendos globiformes
brazos, que empieza febril a disparar a diestro contra negratas, maricas, rojas,
masonas, feministas, judías, pacifistas, vegetas, ecologistas y a toda chusma
que le chiste o le replique sus maneras de siegheil. El mismo escenario donde hace
algunos años vimos cómo otro actor, un cowboy repeinado, dictó leyes que han
asesinado y asesinan a millones de personas, convirtiendo a Ronald Reagan en la
mayor asesina de masas de la historia, con sus políticas neoliberales, de
privatización de capital público y coronación del libre mercado como emperador
absoluto del planeta. Las actrices son buenas políticas, porque camelan, que es
la labor de esa gente, pero cada vez que abren la boca, el aire hiede a metano.
No me extraña que en las elecciones la gente vote a telepizza o a bob esponja... Aunque llegado al imporbable caso, yo particularmente votaría a la Pitufina, por
si le sale de dentro a su Rosa Luxemburgo y nos pone orden la aldea pitufa.
Me
he prometido ser objetiva, así que salvando mis más que fundados recelos de las
actrices actrices cuando se transforman en actrices políticas -y considerando ello por cautela el posible
fruto de mi resquemor-, no deja de ser sospechoso que el mentado Cantó ( el que
parte los dientes, recordemos ), minimice en sus recientes declaraciones la
gravedad y el número de denuncias por maltrato a mujeres, precisamente en un
país afric... perdón, europeo... donde un centenar de ellas son ASESINADAS por los
súbitos hervores de testosterona de latinlovers de Badajoz, Bilbo, Girona o
Salamanca. Ese hecho de cuestionar la violencia de género debería ser causa
suficiente para la cesión de su cargo. Por incauta, por sabihonda y sobretodo
por imbécil.
Señor
Cantó, aplique usted la neurona al asunto: si un centenar de mujeres llegan a
MORIR en manos de sus agresores ¿ no podemos por sentido común y memoria histórica,
imaginar que no sólo son ciertas las cifras sobre violencia y maltrato contra mujeres,
sino que ademas están muy por debajo de lo oficial ?. ¿ A que jugamos ?. ¿ A
quitarle fondos a la lucha contra la erradicación de la violencia contra las
mujeres para dárselos a la tauromafia ?. ¿ Nos hacemos las tontas o lo somos ?.
¿ Cuántas disputas con reparto generoso de hematomas se cobran cada día la
mujer en España en silencio, sin denuncia ?. Sería difícil contabilizarlas por
la naturalidad con que están sucediendo, pero no pequemos de ingenuas ni de
miopes de complicidad. La muerte no es silenciosa, los cuerpos muertos hablan,
pero si hablamos de violencia física, señor Cantó, de violencia verbal, de
destrucción de voluntades, de dominación, de sometimiento, de aterrorización de
mujeres, en definitiva de violencia, España tiene una gran deuda pendiente que
saldar.
Cantó
y muchas otras políticas, machos y machas, integradas a un sistema masculino
que culpa a la mujer por querer ser, desamparadas por una constitución de
fantasía y piruletas que no vela en la praxis ni dicho derecho, ni el derecho a
vivienda, ni el derecho a la vida y a la libertad -independientemente de si la
sujeta susceptible de recibir tales derechos camina a dos o a cuatro patas-,
ni a una salud pública de calidad, para permitir que cuatro degeneradas revienten a un animal mientras se onanizan
los cerebros entre olé y olé.
Es
penoso por no decir criminal que el inmenso problema de no haber solucionado
"la cuestión femenina" en pleno siglo veinte por culpa -también pero
no sólo- de tener en el plató a cenutrias de tal magnitud siga siendo para ciertas personas una
cuestión menor. Irresoluta. Un mundo ferozmente testicular como el que
sufrimos, desigual e invasivo, se merece que personajes como el mencionado
salten al "candelabro",
para tener por supuesto después la desfachatez de pedir perdón, como niñas
malcriadas y bocazas. Porque la sociedad perdona, que es lo mismo que decir que
la sociedad consiente.
Cantó,
no representa usted más que a los restos de serie de un territorio enfermo, especímen
de un grupo condenado a extinción. Dimita
y anuncie dentífricos, pero háganos un favor, sonría sin abrir mucho la boca. Muestre su dentadura bien empastada, pero apriete bien los dientes, no vaya a
ser que entre los resquicios asome lo marrón, sus opiniones.
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