Seguidores

jueves, 25 de octubre de 2012

WALT DISNEY ERA NAZI

Es asombroso. El pulpo se mide con el pez león, provisto de pinchos venenosos, y ensaya una escena de intimidación de la que no puede saber nada. Si se acerca una damisela, el pulpo se transforma en una hidra venenosa, el archienemigo de esos peces. Hasta ahora, ninguna hidra ha atacado a un pulpo. Dos misterios: ¿ cómo sabe el pulpo qué le da más miedo a su enemigo intimo ?. ¿ Basándose en que capacidad de adivinacion puede adoptar una forma que nunca ha visto ?
-¿ Sería una forma de inteligencia superior a nosotros ?
-Ya lo creo”
                                       Alexander Kluge


                   WALT DISNEY ERA NAZI


De izquiera a derecha, la pantera deambula su jaula, no le pertenece, no la quiso, pero la pusieron ahí y ese es su lugar asignado por un interés económico, como una prolongación metálica de su cuerpo. Camina unos pasos, lánguidos y flexibles, gira sobre su eje, repite acción en sentido contrario, con las fauces abiertas, devorada por la desesperanza, así durante horas, días, semanas, meses, años. Entre los claros del seto colindante con la calle la podía observar, en la penumbra del compartimento trasero de la jaula exterior, donde pasaba las noches o las jornadas de limpieza cuando el parque cierra sus puertas a las visitantes. Por el día las clientes del recinto se admiraban del fuego de su mirada, de la pirotécnia de su piel, de la elasticidad y la elegancia de sus movimientos. Era belleza en estado puro, porque de lejos no se le apreciaba la psicopatía, el aburrimiento, el desquicio.

La vi docenas de veces cuando tenía 8 años de edad, vivíamos a dos calles del Parque Zoológico de Barcelona, desde pequeña me fascinaban los animales que veía a través de la reja limítrofe del parque, donde también los bisontes americanos prisioneros eran mis preferidos. Esas colosales masas de músculos y animalidad, coronadas por unas de las más sublimes cabezas del reino animal, forman parte indisoluble de mi infancia, lo cual es lo mismo que decir que la mentira, la tortura, la forma por encima del contenido y la avaricia eran parte de mi infancia en el zoo. Las niñas no ven todo, y a las niñas sin embargo nos ocultan la verdad, para que aprendamos -viendo esclavas-, a ser esclavas, las adultas escrupulosamente mienten a las niñas, para perpetuar generaciones de ingenuas.

La pantera deambula todavía por los meandros de mi memoria, seguramente ya murió, de asco, de tristeza, de una mala inyección o una enfermedad que no supieron curar. Su sombra se mueve todavía entre la selva del almanaque, rota mis circunvoluciones, acaso despierto por las noches con la pesadilla de no haberla podido liberar, el frufru de sus pasos muelles sisea mis sueños, existen deudas que nos persiguen. Esa pantera es una de ellas.

El recinto zooilógico de Barcelona forma parte de quien soy. Ese parque de la Ciudadela donde jugué a fútbol tantas veces, comí sus dátiles, hice el amor en noches de verano eludiendo la seguridad de las vigilantes, el parque donde fotografié incontables veces los patos, los gansos, los ibises, los insectos y remé en sus barcas y merendé en sus hierbas, ese parque debiera dar mucha más felicidad a la gente y las vecinas, como a mí me dió. Ampliándose por ejemplo. Propongo ampliar uno de los pulmones de Barcelona, y cerrar definitivamente el recinto zoológico.

Ojos anónimos han filmado en qué consiste el zoo en el año 2012, la asociación Libera! lo ha publicado. Treintaitantos años después mi pantera sigue deambulando penumbras de miedo en una granja de cría intensiva de animales salvajes, con diversos destinos a zoos públicos y privados del mundo. Más de dos mil animales apelmazados en instalaciones precarias, plastificadas, cuya única misión es satisfacer a las visitantes, parir nuevas esclavas e intensificar el negocio. Si no, ¿ para qué obligar a Copito de Nieve a copular sin cesar con la intención de tener más gorilas albinos ?, ¿ dónde el discurso proteccionista ?, ¿ acaso estos gorilas albinos estan en peligro de extinción?, simplemente no existen, PERO son rentables. La vida y la muerte de Copito fueron rentables.

¿ Confiarías la educación de tus hijas a manos de una fontanera ?, ¿ permitirías que una albañil te hiciera un exámen ginecológico ?. De eso hablamos cuando hablamos de la dirección del recinto. La jefa de veterinarias del Zoo de Barcelona, Hugo Fernández, afirma que los animales no tienen emociones (!!), así como Miquel Trepat, responsable de la dirección del zoo, posee simplemente estudios de abogacía, careciendo de cualquier formación en tema de animales. Ese tipo de cenutrias recalcitrantes son responsables del Zoo S.A. a día de hoy, la factoría-penitenciaría más grande de la ciudad condal.

Las mazmorras subterráneas de la prisión de la Ciudadela, catacumbas perniciosamente ocultas a la clientela, rebosan animales enfermos, drogados sistemáticamente, muertos en vida, destruidos psicológicamente, fuera del control de las buenas prácticas de etología, fuera de la evolución de la lógica que EXIGE el cierre inmediato de los zoos del mundo y urge a la prohibición de manutener grandes animales como por ejemplo el elefante.

El elefante en Barcelona -enfatizo en el tema-, es un caso especial dado que al hecho de que sufre invariablemente toda reclusión por muchos juguetes y árboles de plástico que le pongan, se le agrava el que basan su vida en complejas relaciones sociales, lazos definidos, matriarcales, de por vida, red imposible de satisfacer en las minúsculas instalaciones del zoo. Para ajustarse a las necesidades de los elefantes, el método empleado por la dirección ha sido descuartizar a la última elefanta asesinada ante los ojos de su compañera, imponerle una nueva elefanta que no ha aceptado y traer a una nueva elefanta a las ya abarrotadas infraestructuras, para constatar que NO existe ni jamás existirá en un zoo condiciones mínimas de espacio y comodidad para los elefantes, pero que ¨por cojones¨ tienen que haber elefantes.

La inteligencia no es la medida de nuestro raciocinio, sino la cautela y la bondad. Si la inteligencia o su carencia fueran suficientes motivos para otorgarnos algún tipo de derecho a matar a quienes no la poseen, entonces la demografía humana se vería drásticamente reducida. El ser humano tiene demasiado poder, y careciendo de las condiciones indispensables para entender y practicar la libertad, agrede con esas carencias a toda la fauna. De este modo, aterrorizado por el lobo, el ser humano extrajo de él al perro, para albergar la ilusión de haber domesticado o parodiado al señor del bosque. Parodiando a los animales el zoo de Barcelona muestra la cara de Walt Disney, que sigue tergiversando la imagen real de los animales con su propaganda falsa, quizás por ello participó en la caza de brujas anticomunista y simpatizó con el fascismo italiano y el nazismo alemán.

Por la noche, el aire de la calle Wellington al otro lado del muro de la penitenciaria del zoo de Barcelona, se impregna todavía de rugidos de leones, se llaman suavemente en la oscuridad, es hermoso escucharlos pero atemorizan al resto de los animales clamando su propia libertad. En cada uno de esos rugidos está mi pantera, los balidos, baritares, chillidos, cantos y cloqueos de miles de animales esclavizados todavía, y las almas de los muertos, desgarradores lamentos de aquellos que sobreviven y sobremueren en la soledad de la reclusión, lejos de sus casas de techo de estrellas.

Hasta que no empecemos a tratar a los animales como a personas no dejaremos de tratar a las personas como animales, y a los animales como animales. Así como ninguna persona es ilegal, ningún animal no humano debiera estar preso, se lo debemos, lo sabéis bien, es una deuda importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario