„Es
asombroso. El pulpo se mide con el pez león, provisto de pinchos
venenosos, y ensaya una escena de intimidación de la que no puede
saber nada. Si se acerca una damisela, el pulpo se transforma en una
hidra venenosa, el archienemigo de esos peces. Hasta ahora, ninguna
hidra ha atacado a un pulpo. Dos misterios: ¿ cómo sabe el pulpo
qué le da más miedo a su enemigo intimo ?. ¿ Basándose en que
capacidad de adivinacion puede adoptar una forma que nunca ha visto ?
-¿
Sería una forma de inteligencia superior a nosotros ?
-Ya
lo creo”
Alexander Kluge
WALT
DISNEY ERA NAZI
De
izquiera a derecha, la pantera deambula su jaula, no le pertenece, no
la quiso, pero la pusieron ahí y ese es su lugar asignado por un
interés económico, como una prolongación metálica de su cuerpo.
Camina unos pasos, lánguidos y flexibles, gira sobre su eje, repite
acción en sentido contrario, con las fauces abiertas, devorada por
la desesperanza, así durante horas, días, semanas, meses, años.
Entre los claros del seto colindante con la calle la podía observar,
en la penumbra del compartimento trasero de la jaula exterior, donde
pasaba las noches o las jornadas de limpieza cuando el parque cierra
sus puertas a las visitantes. Por el día las clientes del recinto se
admiraban del fuego de su mirada, de la pirotécnia de su piel, de la
elasticidad y la elegancia de sus movimientos. Era belleza en estado
puro, porque de lejos no se le apreciaba la psicopatía, el
aburrimiento, el desquicio.
La
vi docenas de veces cuando tenía 8 años de edad, vivíamos a dos
calles del Parque Zoológico de Barcelona, desde pequeña me
fascinaban los animales que veía a través de la reja limítrofe del
parque, donde también los bisontes americanos prisioneros eran mis
preferidos. Esas colosales masas de músculos y animalidad, coronadas
por unas de las más sublimes cabezas del reino animal, forman parte
indisoluble de mi infancia, lo cual es lo mismo que decir que la
mentira, la tortura, la forma por encima del contenido y la avaricia
eran parte de mi infancia en el zoo. Las niñas no ven todo, y a las
niñas sin embargo nos ocultan la verdad, para que aprendamos -viendo
esclavas-, a ser esclavas, las adultas escrupulosamente mienten a
las niñas, para perpetuar generaciones de ingenuas.
La
pantera deambula todavía por los meandros de mi memoria, seguramente
ya murió, de asco, de tristeza, de una mala inyección o una
enfermedad que no supieron curar. Su sombra se mueve todavía entre
la selva del almanaque, rota mis circunvoluciones, acaso despierto
por las noches con la pesadilla de no haberla podido liberar, el
frufru de sus pasos muelles sisea mis sueños, existen deudas que nos
persiguen. Esa pantera es una de ellas.
El
recinto zooilógico de Barcelona forma parte de quien soy. Ese parque
de la Ciudadela donde jugué a fútbol tantas veces, comí sus
dátiles, hice el amor en noches de verano eludiendo la seguridad de
las vigilantes, el parque donde fotografié incontables veces los
patos, los gansos, los ibises, los insectos y remé en sus barcas y
merendé en sus hierbas, ese parque debiera dar mucha más felicidad
a la gente y las vecinas, como a mí me dió. Ampliándose por
ejemplo. Propongo ampliar uno de los pulmones de Barcelona, y cerrar
definitivamente el recinto zoológico.
Ojos
anónimos han filmado en qué consiste el zoo en el año 2012, la
asociación Libera! lo ha publicado. Treintaitantos años después mi
pantera sigue deambulando penumbras de miedo en una granja de cría
intensiva de animales salvajes, con diversos destinos a zoos públicos
y privados del mundo. Más de dos mil animales apelmazados en
instalaciones precarias, plastificadas, cuya única misión es
satisfacer a las visitantes, parir nuevas esclavas e intensificar el
negocio. Si no, ¿ para qué obligar a Copito de Nieve a copular sin
cesar con la intención de tener más gorilas albinos ?, ¿ dónde el
discurso proteccionista ?, ¿ acaso estos gorilas albinos estan en
peligro de extinción?, simplemente no existen, PERO son rentables.
La vida y la muerte de Copito fueron rentables.
¿
Confiarías la educación de tus hijas a manos de una fontanera ?, ¿
permitirías que una albañil te hiciera un exámen ginecológico ?.
De eso hablamos cuando hablamos de la dirección del recinto. La jefa
de veterinarias del Zoo de Barcelona, Hugo Fernández, afirma que los
animales no tienen emociones (!!), así como Miquel Trepat,
responsable de la dirección del zoo, posee simplemente estudios de
abogacía, careciendo de cualquier formación en tema de animales.
Ese tipo de cenutrias recalcitrantes son responsables del Zoo S.A. a
día de hoy, la factoría-penitenciaría más grande de la ciudad
condal.
Las
mazmorras subterráneas de la prisión de la Ciudadela, catacumbas
perniciosamente ocultas a la clientela, rebosan animales enfermos,
drogados sistemáticamente, muertos en vida, destruidos
psicológicamente, fuera del control de las buenas prácticas de
etología, fuera de la evolución de la lógica que EXIGE el cierre
inmediato de los zoos del mundo y urge a la prohibición de manutener
grandes animales como por ejemplo el elefante.
El
elefante en Barcelona -enfatizo en el tema-, es un caso especial dado
que al hecho de que sufre invariablemente toda reclusión por muchos
juguetes y árboles de plástico que le pongan, se le agrava el que
basan su vida en complejas relaciones sociales, lazos definidos,
matriarcales, de por vida, red imposible de satisfacer en las
minúsculas instalaciones del zoo. Para ajustarse a las necesidades
de los elefantes, el método empleado por la dirección ha sido
descuartizar a la última elefanta asesinada ante los ojos de su
compañera, imponerle una nueva elefanta que no ha aceptado y traer a
una nueva elefanta a las ya abarrotadas infraestructuras, para
constatar que NO existe ni jamás existirá en un zoo condiciones
mínimas de espacio y comodidad para los elefantes, pero que ¨por
cojones¨ tienen que haber elefantes.
La
inteligencia no es la medida de nuestro raciocinio, sino la cautela y
la bondad. Si la inteligencia o su carencia fueran suficientes
motivos para otorgarnos algún tipo de derecho a matar a quienes no
la poseen, entonces la demografía humana se vería drásticamente
reducida. El ser humano tiene demasiado poder, y careciendo de las
condiciones indispensables para entender y practicar la libertad,
agrede con esas carencias a toda la fauna. De este modo, aterrorizado
por el lobo, el ser humano extrajo de él al perro, para albergar la
ilusión de haber domesticado o parodiado al señor del bosque.
Parodiando a los animales el zoo de Barcelona muestra la cara de Walt
Disney, que sigue tergiversando la imagen real de los animales con su
propaganda falsa, quizás por ello participó en la caza de brujas
anticomunista y simpatizó con el fascismo italiano y el nazismo
alemán.
Por
la noche, el aire de la calle Wellington al otro lado del muro de la
penitenciaria del zoo de Barcelona, se impregna todavía de rugidos
de leones, se llaman suavemente en la oscuridad, es hermoso
escucharlos pero atemorizan al resto de los animales clamando su
propia libertad. En cada uno de esos rugidos está mi pantera, los
balidos, baritares, chillidos, cantos y cloqueos de miles de animales
esclavizados todavía, y las almas de los muertos, desgarradores
lamentos de aquellos que sobreviven y sobremueren en la soledad de la
reclusión, lejos de sus casas de techo de estrellas.
Hasta que no empecemos a tratar a los animales
como a personas no dejaremos de tratar a las personas como animales,
y a los animales como animales. Así como ninguna persona es ilegal,
ningún animal no humano debiera estar preso, se lo debemos, lo
sabéis bien, es una deuda importante.
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