Seguidores

jueves, 25 de octubre de 2012

CUATRO LETRAS ANTIMONÁRQUICAS

CUATRO LETRAS ANTIMONÁRQUICAS


Si tan sólo una cuarta parte de lo que se comenta y se documenta estos días alrededor de la figura de Juan Carlos II, rey de España, fuera cierto -y si en la península misérrima hubiera libertad de expresión para constatarlas-, sería suficiente motivo para que su majestad acabara en el exilio, en la guillotina, en el cadalso, en una celda putrafacta o linchado por la masa sedienta de justícia. Son los destinos históricos de los reyes, y está bien que así sea. Los reyes y las reinas que más me gustan, mire usted, son las que están muertas. Cuestión de gustos.

Pero han sido los elefantes africanos, las criaturas terrestres más grandes del planeta ( ligeramente por encima de sus hermanos hindúes ), los responsables que hacer pública en la palestra y el candelero a la monarquía española una vez más, y espero que la última. Al rey de España no le importa disparar bisontes viejos u osos borrachos ( y quien sabe si a antimonárquicas amordazadas ), ni que los al principio mencionados paquidermos se hallen en retroceso demográfico y amenazados de extinción, ni que esos individuos mamíferos majestáticos hayan sido asesinados por su excelencia, habiendo con cada crímen destruido una vida, un universo. Al rey no le importa hacer pagar ese precio para cumplir con su capricho infantil del reyezuelo moribundo que mata, para vengarse de que envejece, de cada vez se parece más a su predecesor en cosas de dictadura, el generalísimo, adquiriendo la forma de un fardo viejo en proceso de entubación y muerte. O quizás caza como caza la mayoría, por falta de testículos, por cobardía, por disfunciones psicosomáticas mal reconducidas... vaya usted a saber.

A todos esos respectos la Casa Real no dice nada ( es mejor callar y parecer tonta que hablar y demostrarlo ), posee ese y otros derechos que les otorgaron las fascistas de todas las épocas, como el de que una se pueda legalmente cagar en dios pero no en el rey, curiosa jerarquía.

Pero el Rey es el rey de todas las españolas, no lo olvidemos, un demócrata tan laxo que se le olvidó mantenerse al márgen del golpe de Estado del 23F ( el segundo en el que se vió involucrado en su vida ), chapoteándo en los excrementos del fascismo, que es lo mejor que sabe hacer. Y ya se sabe que, por asociación, quién hace corrillo a quien chapotea en la mierda acaba llenándose la camiseta de caca fresca y caca seca. Por eso a las monárquicas ibéricas se les advierten enseguida numerosas manchitas marrones epidérmicas: no es la vejez impiadosa que castiga lo cutáneo, sino la mierda que frecuentan, la cual salpica y deja huella y no se va con detergentes milagrosos, por muy testados en animales que hayan sido.

El rey de todas las españolas, el rey de los cuentos infantiles y las cuentas corrientes, no es más que un putero a costa del erario público, un despilfarrador, un ladrón, un corrupto, un prevaricador, un fraticida asociado a banda armada, un asesino y, lo peor de todo, un feo; porque la belleza no es exterior y si debieramos calificar a Juan Carlos II en grados de belleza interior, alcanzaría cotas de monstruo. 
 
Pero el rey de España es el rey de todas las españolas, recordemos. Veinticinco millones de ellas fueron lo suficientemente inteligentes para perder unas horas de sus vidas en disfrutar de la retransmisión televisiva de la boda de su hijo. El principito de las cuentas y los cuentos ha demostrado en no pocas ocasiones ser un tonto del culo, menos malo que su progenitor -por falta de ocasiones para demostrarlo-, pero encaminado a heredar la montaña de mierda que llamamos Monarquía Española, caracterizada por la chuloputería, la adicción al chorizo y la librea, el latrocinio y el tráfico de influencias. Podrían las citadas televidentes que asistieron a la retransmisión del evento, haber invertido su tiempo en algo más constructivo, por ejemplo excomulgarse, hacerse pajas o contemplar la interesante existencia de las musarañas, pero la sociedad española también se caracteriza por las faltas que la monarquía adolece. La picaresca, la arrogancia, las ínfulas, la ignorancia, la mentecatez profunda, el natural vasallaje,... en fin, lo cual me hace sospechar que, lejos de ser una excepción, Juan Carlos II constituye una norma. De tal ama, tal criada.

La masacre de América y el neocolonialismo, la inquisición, el garrote vil, las mujeres violada y apaleadas hasta la muerte por sus parejas, el millón y medio de escopetas, las once mil vírgenes del franquismo, la desertización de los bosques, los ciento cuarenta kilos de carne anuales, la Falange, las Jons, Mario Conde, De la Rosa, las decenas de miles de hectáreas de transgénicos, las corridas de toros, los correbous, Camilo José Cela, Jiménez Losantos, Boadella, cada uno de los miles de galgos ahorcados, el derecho de pernada, el Grapo, el racismo, la xenofobia, la homofobia, la invasión a Irak, la incapacidad de reaccionar ante los recortes en Sanidad y Educación, ¨la calle es mía¨, Felipe González, Vandellós, Rita Barberá, Aznar, la bomba de Atocha, la quema de brujas, el jamón con chorrera, el alcoholismo encubierto, Tordesillas, Coria, el Proceso de Burgos, la democracia de gomina, la estética de botox, Escrivá de Balaguer, los ¨grises¨ de nueva generación, Piqué, Explosivos Rio Tinto, las piernas de las africanas destrozadas por minas antipersona, las pistolas de fabricación española que apoyan dictaduras, ¨¿por qué no te callas?¨, ¨¡todos al suelo, coño!¨, la granja Escobar, unagrandeylibre, ... la mierda, la profunda mierda, el fangal de mierda que cubre el territorio del estado de punta a punta, manchando a millones de españolas y a otras tantas por complicidad y sumisión, y que logra con su nauseabundo hedor que sintamos asco y vergüenza de haber sido concebidos en una tierra tan impresionantemente hermosa pero corrompida por la estupidez tuetanal.

En esos escenarios y bajo esos guiones es difícil tener algún tipo de legitimidad moral para juzgar al rey de todas las Españas. Quien esté libre de culpas que tire la primera piedra. Sin embargo hay que confiar en que la gente más joven quiera hacer algo realmente nuevo, ducharse en serio para quitarse la roña española, nuestra historia estercolera, una de las más repugnantes entre las repugnantes, haciendo algo realmente antiespañol y antimonárquico con este bello país pervertido por sus habitantes. Un principio podría ser acabar con la monarquía y mandar a sus parásitas al más popular de los oficios de la Nueva España: el desempleo, a cobrar mínimos. A que se callen de una vez por todas, a arreglar la crisis desde arriba, por donde debiera haberse empezado a arreglar.

Y para ir concluyendo iré más allá con mis deseos navideños y consejos práctivos para con el generalitísimo borbón. Que una no le manda callar este rey de todas las Españas posibles y probables,que a la chita callando, las mata callando. 
 
Más bien yo le diría: ¨Juanito, ¿ por qué no te mueres ?¨. 
 
Lo dicho, cuestión de gustos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario