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jueves, 10 de enero de 2013

DORMIR SIGNIFICA MATAR



¨Agachados
tras muros más delgados
que los párpados
no hay más defensa
que todos los errores
cometidos¨
Charles Bukowski


                                   DORMIR SIGNIFICA MATAR



                  Para adjudicarnos algun tipo de derecho moral a (ab)usar de los animales la primera regla es negarles su condición de personas. Uno de los modos de hacerlo es modificar el lenguaje con el que nos referimos a ellos y a sus comportamientos, para lograr adaptarlo a nuestros propósitos. Un ejemplo de ello -y con el cual me extendere-, es conseguir que la palabra asesinar, matar, ejecutar o ajusticiar, resulten amables y tolerables a nuestros infantilizados oidos, para ello se transforman dichos verbos en la palabra sacrificar, o en una más falsa aún: dormir.


                 Pero dormir en este contexto significa matar, significa un veneno que paraliza los músculos, que detiene los latidos del corazón o los movimientos respiratorios para conseguir que un ser vivo perezca asfixiado. Dormir significa 300 voltios de electricidad, montones de animales en cámaras de gas, convulsiones y temblores con sonidos guturales de garganta, vómitos terminales, diarreas espasmódicas, colapsos musculares, y un tremendo dolor en muchos casos, sin posibilidad de vocalizarlo. Incluso en la más "dulce" de las muertes, dormir significa una persona no humana que nos mira yéndose sin comprender lo que le ocurre, una traición mas de las tipicas de nuestra especie. Y lo que le ocurre es la muerte. Centrándome en los perros y los gatos ( los más comunes esclavos de nuestra soledad ), en los albergues estatales se duermen cientos de animales, cada semana, sistemáticamente. Para siempre. 

 
          "Dormir" -es decir asesinar-, no tiene nada que ver con la eutanasia humana, porque la eutanasia se aplica a individuas que manifiestan ( incluso ante notario ) su deseo de morir, deseo del cual no tenemos garantías de que sea la voluntad de animales sin voz ni lenguaje humano. Los animales no humanos saben morir mucho mejor que nosotros, simplemente dejan de comer, de beber y se van, con una gravedad y dignidad que nuestra absurda e histérica especie no ha logrado alcanzar.


          Siguen vendiéndonos el cuento de que el asesinato de miles de animales anualmente en los Basureros Organicos de la peninsula ( allí donde van a parar los residuos vivos que la gente no quiere ), es un mal necesario para solucionar el problema de la sobrepoblación de animales "domésticos" en nuestro pais. Seria un poquito verdad de no ser porque si es cierto de que nos deshacemos de la basura no deseada que tuvo la mala suerte de nacer, también lo es que al mismo tiempo y por otro lado se siguen produciendo futuros estorbos sociales, en aquellos lugares donde verdaderamente existe una superpoblación de animales: en los criaderos. 

 
            Los criaderos son lugares donde madres esclavizadas de perros y gatos de raza son obligadas a parir sin cesar nuevas camadas de regalos navideńos y caprichos. Vendidos como esclavos por la red, en tiendas o a clientes fijos, los criaderos aportan al mercado y a los hogares enfermedades degenerativas y contagiosas, animales con traumas, vaginas de madres destruidas por el constante parto, asi como su descalcificación y envejecimiento prematuro. Además por supuesto de la inenarrable miseria existencial de decenas de miles de animales enjaulados de por vida, cuyo único sentido de existir es la producción de cachorros. Este es el tipo de amor que podemos encontrar en las criadoras de perros y gatos, vulgares mercaderes de vida, charlatanas a menudo delincuentes.


Existen cientos e incluso miles de criaderos legales e ilegales en el Estado Espańol. Ya no hablaremos de la legión de inconscientes personas privadas que con mejores o peores intenciones permiten que los animales que se encuentran bajo su custodia traigan al mundo más y más animalitos, bajo el clerical y medieval argumento de que lo natural es parir. Dicho comportamiento valga añadir, se aplica también a las hembras humanas, tradicionalmente consideradas por las religiones como embajadoras de la vida ajena, hasta tal punto que no poseen derechos sobre su cuerpo desde el momento en que se hallan embarazadas. Desde el instante en que una mujer está concebida, abandona su estatus de persona para ser un mero recipiente donde crece otra persona. Curiosa interpretación de los derechos humanos que nos conduce a la cuestión de dónde concluye la pasión y dónde comienza la manía.


El animalismo estatal invierte considerable parte de sus recursos económicos y energéticos en salvar y hallar un hogar digno y seguro a incontables animales cada año, cuando no a salvarlos de una muerte segura. Millones de euros anualmente son invertidos en solucionar el problema eminentemente institucional y gubernamental de la sobrepoblación de animales. Eso es como recoger con cubos el agua que gotea del techo en lugar de arreglar las goteras del tejado, o tratar de curar la gangrena con tiritas. Imposible. 

 
Mayormente desde fondos privados se está liberando a las instituciones un problema que les pertenece, por permitir y fomentar que haya un exceso de millones de animales, muchos mas de los que el pais esta preparado para acoger. La población mundial de perros, gatos, roedores y aves consideradas "domésticas" es brutalmente superior a la que debiera ser. El ser humano ha perdido el control sobre este tema, y las instituciones, en el mejor de los casos, lo solucionan con barbáricas matanzas selectivas, con Soluciones Finales y cámaras de gas que dejan al sistema nazi como unos principiantes. 

 
Los gastos derivados de asistencia veterinaria, alimentación y cuidados ofrecidos generosamente por fondos privados, organizaciones de derechos animales y otras fuentes menores, acotan sin solventar el problema de la superpoblación de dichos animales a los agentes estatales responsables de ella. Hasta tal punto que la administración ya cuenta con nosotros para no tener que hacer nada, dado que es la ocupación preferida del Estado. Ese mismo modus operandi se aplica -por ejemplificar- a las ayudas al llamado ¨tercer mundo¨, las cuales son considerablemente sufragadas con fondos privados. Si las instituciones nos devolvieran el dinero que les hemos ahorrado ocupándonos de este asunto ( y estamos hablando de muchos millones ) tendrían un serio problema de liquidez, especialmente grave en los tiempos actuales.


Por ello yo propondría -ademas de las campañas de concienciación, esterilización y control poblacional no letal-, una Moratoria de venta de animales "domésticos" que redujera a un diez por ciento la venta de animales de aquellos mal denominados "mascotas", acompañada del recrudecimiento de las penas por cria y venta ilegal de animales "domésticos". Una prohibición destinada a subsanar la tragica situación de los saturados albergues, de las casas "albergue" asi como del coleccionismo privado de animales. Un control REAL y cierre paulatino o inmediato de los criaderos ilegales, con intervenciones constantes y eficaces asi como un aumento de la asistencia veterinaria local para temas de esterilización y castración de la población local de animales "domésticos". La solución no supondría en modo alguno costos tan elevados para el erario publico como el mantenimiento de la situación actual.


 Lo ideal seria que dicha Moratoria tuviera un carácter permanente, sin embargo la milenaria esquizofrenia colectiva de poseer animales ( como quien posee camisetas o automóviles ) no lo va a permitir. Asi que inicialmente podríamos proponer una Moratoria provisional, con una duración minima de dos años. Con ello lograriamos en primer lugar aliviar la situación de abarrotamiento de los albergues locales y privados, los cuales podrian mejorar y modernizar sus instalaciones -algunas de ellas realmente caducas por no decir miserables-, planteándose al tiempo el objetivo del Sacrificio Cero. Y en segundo lugar, ante la imposibilidad de comprarlos y como doble efecto, crearíamos en la población una conciencia social de adopción o de no posesión de dichos animales, lo cual liberaría quizás en muchos casos a los animales no humanos de nuestro concepto de tenencia, absoluto y totalitarista. Porque los animales no pertenecen a nadie, sólo a si mismos. Al igual que las personas somos dueñas de nuestra propia vida. 

 
               La vida es un refugio donde ser, mientras afuera la muerte quema cuanto respira. Vale la pena saber que la vida no es un refugio eterno -la muerte siempre encuentra el modo de penetrar en él-, pero garantiza felicidad inteligente a quienes saben vivir, es decir, a quienes dejan hacerlo.


            Dormir es descansar, y matar es matar, nada que ver uno con otro. Contemplando pasivas la demostrada incapacidad de la sociedad para erradicar las fuentes de los problemas, limitándose a centrarse sin embargo en subsanar las consecuencias de ellos, no hacemos sino prolongar la agonía de aquellos animales más cercanos a nosotras, tanto que incluso aceptamos en el núcleo familiar. Aunque una vez más repito: los animales no estamos para otras, sino para nosotras mismas, somos nuestro objetivo y el gran plan de la vida.


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