¨Agachados
tras
muros más delgados
que
los párpados
no
hay más defensa
que
todos los errores
cometidos¨
Charles Bukowski
DORMIR
SIGNIFICA MATAR
Para
adjudicarnos algun tipo de derecho moral a (ab)usar de los animales
la primera regla es negarles su condición de personas. Uno de los
modos de hacerlo es modificar el lenguaje con el que nos referimos a
ellos y a sus comportamientos, para lograr adaptarlo a nuestros
propósitos. Un ejemplo de ello -y con el cual me extendere-, es
conseguir que la palabra asesinar, matar, ejecutar o ajusticiar,
resulten amables y tolerables a nuestros infantilizados oidos, para
ello se transforman dichos verbos en la palabra sacrificar, o en una
más falsa aún:
dormir.
Pero
dormir en este contexto
significa matar, significa un veneno que paraliza los músculos,
que detiene los latidos del corazón
o los movimientos respiratorios para conseguir que un ser vivo
perezca asfixiado. Dormir significa 300 voltios de electricidad,
montones de animales en cámaras
de gas, convulsiones y temblores con sonidos guturales de garganta,
vómitos terminales, diarreas espasmódicas, colapsos musculares, y
un tremendo dolor en muchos casos, sin posibilidad de vocalizarlo.
Incluso en la más
"dulce" de las muertes, dormir significa una persona no
humana que nos mira yéndose
sin comprender lo que le ocurre, una traición mas de las tipicas de
nuestra especie. Y lo que le ocurre es la muerte. Centrándome
en los perros y los gatos ( los más
comunes esclavos de nuestra soledad ), en los albergues estatales se
duermen cientos de animales, cada semana, sistemáticamente.
Para siempre.
"Dormir"
-es decir asesinar-, no tiene nada que ver con la eutanasia humana,
porque la eutanasia se aplica a individuas que manifiestan ( incluso
ante notario ) su deseo de morir, deseo del cual no tenemos garantías
de que sea la voluntad de animales sin voz ni lenguaje humano. Los
animales no humanos saben morir mucho mejor que nosotros, simplemente
dejan de comer, de beber y se van, con una gravedad y dignidad que
nuestra absurda e histérica
especie no ha logrado alcanzar.
Siguen
vendiéndonos el
cuento de que el asesinato de miles de animales anualmente en los
Basureros Organicos de la peninsula ( allí
donde van a parar los residuos vivos que la gente no quiere ), es un
mal necesario para solucionar el problema de la sobrepoblación de
animales "domésticos"
en nuestro pais. Seria un poquito verdad de no ser porque si es cierto de que nos deshacemos de la basura no
deseada que tuvo la mala suerte de nacer, también lo es que al mismo tiempo y por
otro lado se siguen produciendo futuros
estorbos sociales, en aquellos lugares donde verdaderamente existe una
superpoblación de animales: en los criaderos.
Los
criaderos son lugares donde madres esclavizadas de perros y gatos de
raza son obligadas a parir
sin cesar nuevas camadas de regalos navideńos y caprichos. Vendidos
como esclavos por la red, en tiendas
o a clientes fijos, los criaderos aportan al mercado y a los hogares
enfermedades degenerativas y contagiosas, animales con traumas,
vaginas de madres destruidas por el constante parto, asi como su
descalcificación y envejecimiento prematuro. Además
por supuesto de la inenarrable miseria existencial de decenas de
miles de animales enjaulados de por vida, cuyo único
sentido de existir es la producción de cachorros. Este es el tipo de
amor que podemos encontrar en las
criadoras de
perros y gatos, vulgares mercaderes de vida, charlatanas a menudo
delincuentes.
Existen
cientos e incluso miles de
criaderos legales e ilegales en
el Estado Espańol. Ya no hablaremos de la legión de inconscientes
personas privadas que con mejores o peores intenciones permiten que
los animales que se encuentran
bajo su custodia traigan al mundo más
y más
animalitos, bajo el clerical y medieval argumento de que lo natural
es parir. Dicho comportamiento valga añadir, se aplica también
a las hembras humanas, tradicionalmente consideradas por las
religiones como embajadoras de la vida ajena, hasta tal punto que no
poseen derechos sobre su cuerpo desde el momento en que se hallan
embarazadas. Desde el instante en que una mujer está
concebida, abandona su estatus de persona para ser un mero recipiente
donde crece otra persona. Curiosa interpretación de los derechos
humanos que nos conduce a la cuestión de
dónde concluye la pasión y dónde comienza la manía.
El
animalismo estatal invierte considerable parte de sus recursos
económicos y energéticos
en salvar y hallar un hogar digno y seguro a incontables animales
cada año,
cuando no a salvarlos de una muerte segura. Millones de euros
anualmente son invertidos en solucionar el problema eminentemente
institucional y gubernamental de la sobrepoblación de animales. Eso
es como recoger con
cubos el agua
que gotea del techo
en lugar de arreglar las goteras del tejado, o tratar de curar la
gangrena con tiritas. Imposible.
Mayormente
desde fondos privados se está
liberando
a las instituciones un problema que les pertenece, por permitir y
fomentar que
haya un exceso de millones de animales, muchos mas de los que el pais
esta preparado para acoger. La población mundial de perros, gatos,
roedores y aves consideradas "domésticas"
es brutalmente superior a la que debiera ser. El ser humano ha
perdido el control sobre este tema, y las instituciones, en el mejor
de los casos, lo solucionan con barbáricas
matanzas
selectivas, con Soluciones Finales y cámaras
de gas que dejan al sistema nazi como unos principiantes.
Los
gastos derivados de asistencia veterinaria, alimentación y cuidados
ofrecidos generosamente por fondos privados, organizaciones de
derechos animales y otras fuentes menores, acotan
sin solventar
el problema de la superpoblación de
dichos animales
a los agentes estatales responsables de ella. Hasta tal punto que la
administración ya cuenta con nosotros para no tener que hacer nada,
dado que es la ocupación preferida del Estado. Ese
mismo modus operandi se aplica -por ejemplificar- a las ayudas al llamado ¨tercer
mundo¨, las cuales son considerablemente sufragadas con fondos
privados.
Si las instituciones nos devolvieran el dinero que les hemos ahorrado
ocupándonos
de este asunto ( y estamos hablando de muchos millones ) tendrían
un serio problema de liquidez, especialmente grave en los tiempos
actuales.
Por
ello yo propondría
-ademas de las campañas
de concienciación, esterilización y control poblacional no letal-,
una Moratoria de venta de animales "domésticos"
que redujera a un diez por ciento la venta de animales de aquellos
mal denominados "mascotas", acompañada
del recrudecimiento de las penas por cria y venta ilegal de animales
"domésticos".
Una prohibición destinada a subsanar la tragica situación de los
saturados albergues, de las casas "albergue" asi como
del coleccionismo privado de animales. Un control REAL y cierre
paulatino o inmediato de los criaderos ilegales, con intervenciones
constantes y eficaces asi como un aumento de la asistencia
veterinaria local para temas de esterilización y castración de la
población local de animales "domésticos".
La solución no supondría
en modo alguno costos tan
elevados
para el erario publico como el mantenimiento de la situación actual.
Lo
ideal seria que dicha Moratoria tuviera un carácter
permanente, sin embargo la milenaria esquizofrenia colectiva de
poseer animales ( como quien posee camisetas o automóviles ) no lo
va a permitir. Asi que inicialmente podríamos
proponer una Moratoria provisional, con una duración minima de dos
años.
Con ello lograriamos en primer lugar aliviar la situación de
abarrotamiento de los albergues locales y privados, los cuales
podrian mejorar y modernizar sus instalaciones -algunas de ellas
realmente caducas por
no decir miserables-,
planteándose
al tiempo el objetivo del Sacrificio Cero. Y en segundo lugar, ante
la imposibilidad de comprarlos y como doble efecto, crearíamos en la población una
conciencia social de adopción o de no posesión de dichos
animales,
lo cual liberaría
quizás
en muchos casos a los animales no humanos de nuestro concepto de
tenencia, absoluto y totalitarista. Porque los animales no pertenecen
a nadie, sólo a si mismos. Al igual que las personas somos dueñas
de nuestra propia vida.
La
vida es un refugio donde ser, mientras afuera la muerte quema cuanto
respira. Vale la pena saber que la vida no es un refugio eterno -la
muerte siempre encuentra el modo de penetrar en él-, pero garantiza
felicidad inteligente a quienes saben vivir, es decir, a quienes
dejan hacerlo.
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